martes, 17 de noviembre de 2009
OTRO ARTICULO MUY BUENO.
El ejemplo holandes (KWPN). Comparativa morfofuncional del PRE
18/04/2008
Hacemos un análisis de las aptitudes básicas necesarias, en nuestros caballos PRE, para la práctica de la doma clásica y la forma que tienen de evaluarlas en otras razas como por ejemplo la holandesa (KWPN).
El primer paso es conocer qué cualidades morfo-funcionales son necesarias para la práctica de la Doma Clásica.El segundo paso consiste en criar y seleccionar en función de resultados.El tercero, no perder de vista los objetivos que han sido el punto de partida de la propuesta.
Empecemos por los aires del caballo. Es imprescindible contar con tres buenos aires; teniendo en cuenta que debemos darle prioridad al paso y al galope sobre el trote, puesto que éste último es el único que se puede mejorar con un buen trabajo.
Generalmente el paso y el galope suelen ir correlacionados; esto quiere decir que, normalmente, si el paso del caballo es bueno el galope también lo será, y al contrario pasa exactamente igual.
Si observamos las pruebas de Doma Clásica para potros nos daremos cuenta de que, a pesar de que se les exijan una serie de ejercicios a los caballos dependiendo de la edad, al final lo que se juzga es la calidad de sus tres aires, la sumisión y la impresión general que ofrecen a los tres jueces, los cuales las valorarán por unanimidad. Todos los ejercicios sólo servirán para poder evaluar ampliamente las cualidades y la capacidad de los tres aires en cada uno de los caballos.
Al paso se tendrá en cuenta el ritmo, la relajación, la actividad y la amplitud; mientras que al trote valorarán el ritmo, la soltura, la elasticidad, la impulsión, la flexibilidad del dorso y la aptitud para flexionar las articulaciones del tercio posterior. En el galope será importante el ritmo, la soltura, la elasticidad, el equilibrio natural, la tendencia “cuesta arriba” o elevación de la cruz, y su aptitud para flexionar las articulaciones del tercio posterior.
Además de todo lo anterior, el caballo recibirá una nota de sumisión de igual importancia a las anteriormente mencionadas, en la cual se hará referencia al contacto, rectitud, obediencia y respuesta a las ayudas del jinete.
Y, por último, se tendrá en cuenta el potencial como caballo joven de doma, así como el nivel alcanzado de entrenamiento según la “escala de entrenamiento” acorde con su edad. Mediante éste tipo de evaluación se trata de encontrar caballos con aires naturales elásticos y entrenados en la forma adecuada para su edad, de manera que se les pueda capacitar progresivamente para llegar a un alto nivel de doma.
Respecto a la morfología
Sabiendo que nos van a exigir todo lo anteriormente citado y si el caballo tiene posibilidades de llegar al nivel Gran Premio de Doma Clásica (donde el grado de exigencia en cuanto a reunión, elasticidad, flexibilidad y demás, va a ser altísimo), está bastante claro cuales son las principales necesidades morfológicas que tendremos que buscar a priori.
Una inserción cuello-cabeza fina facilitará la flexión de la cabeza con respecto al cuello y la puesta en mano. Así mismo, un cuello fino, largo y ligeramente arqueado en su línea superior, nos ayudará a trabajar mejor el dorso, permitirá una mejor proyección del caballo hacia delante y, por supuesto, una mejor flexión lateral; consiguiendo un aspecto más agradable de su puesta en la mano.
De las espaldas diremos que cuanto más ángulo tengan, con respecto a la cruz, mayor facilidad de movimiento. La cruz debería estar suficientemente marcada y pronunciada, ofreciéndonos la imagen de un caballo que por naturaleza está construido “cuesta arriba”.
El dorso no debe de ser ni muy largo ni muy corto: deberíamos encontrar un punto intermedio, puesto que un dorso corto dificulta muchísimo la flexión lateral y un dorso largo, aunque es mucho más fácil de flexionar, también resulta mucho más difícil de reunir.
La grupa más adecuada es aquella ligeramente derribada que ofrece mayor palanca a los posteriores, mejorando la tendencia “cuesta arriba”. Los posteriores deberán estar siempre debajo de la masa y la babilla, a ser posible, a la altura de la cadera.
Además, son muy importantes unos buenos aplomos para no tener problemas de lesiones en el futuro. Es fundamental que descartemos todos los defectos morfo-funcionales graves: ambladura, poca fuerza del posterior, campaneo, posteriores que se abren, etc. Hablaremos en otro artículo, con más detalle, de todo ello, para que todos podamos tener más claro cuáles son los principales defectos penalizados en un caballo de Doma Clásica, en un semental, o yegua.
El esquema de selección de Holanda. Ahora que hemos dado unas breves nociones de las cualidades que debemos buscar en un caballo para que pueda servir como caballo de doma clásica, estamos preparados para analizar y comprender el estricto esquema de selección que se lleva a cabo en otros países como por ejemplo: Alemania, Holanda, Suecia….
Sin ir más lejos, hace pocos días finalizó en Holanda la selección anual de sementales.
El stud-book de KWPN cuenta con 286 sementales de doma clásica y salto aprobados, permite que se empiecen a presentar ejemplares, para la valoración, a partir del primer año de vida; aunque, como es lógico, la mayoría de los ganaderos esperan a que el ejemplar cumpla los tres años de edad y haya terminado de desarrollarse, antes de presentarlo.
Los jueces, en la primera valoración, observarán tres cosas:
1) La conformación, los movimientos y la calidad de ambas cosas.
2 )Las faltas que deberán ser consideradas al empezar el entrenamiento.
3) Las faltas significativas en conformación y o movimiento.
(En el caso de potros con menos de tres años de edad, se harán las correspondientes anotaciones sobre los puntos a revisar al año siguiente, debido a que todavía se encuentran en pleno desarrollo.)
Su sistema consiste en lo siguiente:
A finales del año en el que cumplan los dos años de edad los sementales podrán presentarse a una primera valoración en su región. Aquellos ejemplares que sean aptos, pasarán a una valoración a nivel autonómico en la que los jueces aplicarán el mismo criterio y que si, a su vez, también superan, los colocará en la gran final nacional que se celebrará a principio del año siguiente, cuando el ejemplar ya entre en tres años de edad.
La final se suele celebrar a principios de Febrero en Den Bosch, en ella los ejemplares dispondrán de tres días para demostrar sus cualidades. Al finalizar cada prueba, el jurado internacional hará entrar en pista a todos los ejemplares y, uno a uno, explicará las razones o motivos por los cuales estará o no seleccionado para la siguiente fase. Para ello valorarán, una vez más, la morfología, los movimientos, tanto de la mano como en libertad, y los orígenes o genealogía. Esto último también es importante puesto que a veces se necesita retomar líneas antiguas que aportaban caracteres que ya no se manifiestan y que es necesario recuperar o, por lo contrario, pueden querer eliminar otras que a priori, o que en un momento concreto, se utilizaron pero que ya no son convenientes por el motivo que sea. El último día se conocerán los finalistas, los cuales pasarán a estar inicialmente aceptados para el stud-book. Éste año fueron 74 los caballos que se aceptaron provisionalmente: 32 eran de doma y 42 de salto.
La siguiente fase consiste en que éstos caballos, inicialmente aceptados, pasen las pruebas de los “40” días, en los cuales éstos ejemplares se someterán, en un centro especializado de testaje, a todas las pruebas veterinarias oportunas: radiografías, análisis de sangre, control de calidad del semen, etc. y también a pruebas de carácter y manejo en cuadra, de la mano, comportamiento con otros caballos, vicios ocultos, etc.
Una vez finalizados los “40” días, aquellos ejemplares que hayan sido capaces de superar todas las pruebas volverán a estar por segunda vez “inicialmente aprobados” y pasarán a la fase montada que podrá realizarse cuando el propietario lo considere oportuno.
En ésta última fase, llamada “performance test”, se evaluará la habilidad del ejemplar para la práctica de la disciplina:
Primero se analizarán los distintos aires (paso, trote y galope) y lo que ellos llaman: “self-carriage”, que es la capacidad natural del caballo de auto-sostenerse por si mismo; es decir: que tenga una tendencia natural de movimiento “cuesta arriba”.
Lo siguiente será el examen montado o prueba de movimientos. En éste examen tendrán que realizar una serie de movimientos de menor o mayor dificultad dependiendo de la edad del caballo. Si el caballo tiene tres años, tendrá que mostrar el paso de trabajo, el largo con riendas largas, el trote de trabajo, también al trote estirar el cuello en un círculo de veinte metros y al galope: cambios de pie simples, galope de trabajo y galope medio. Con cuatro años tendrá que ceder a la pierna al trote y con cinco, deberá realizar la espalda adentro.
Una vez finalizado el examen, los sementales obtendrán una puntuación para cada uno de los tres aires que tendrá coeficiente doble respectivamente, otra nota para la sumisión, otra para el “self-carriage”, otra para el equilibrio, una nota de “montabilidad” (que consiste en la disposición que muestra el ejemplar a la hora de montarse). El semental, también recibirá una nota por la aptitud y disponibilidad que tenga para el trabajo y otra en función del talento del que disponga para la práctica de la disciplina. Un semental que haya aprobado una prueba IBOP o EPTM (pruebas montadas de doma clásica), no tendrá que presentarse a las pruebas de movimientos anteriormente citadas.
Después de éste proceso tan largo, tan sólo algunos privilegiados serán finalmente aprobados como sementales del stud-book de la raza, y a partir de entonces irán aumentando de categoría en función de los resultados de sus hijos o de los suyos propios. Con las yeguas el esquema de selección será exactamente igual que con el de los sementales, aunque el proceso será mucho más breve, simple y rápido, puesto que hasta ahora (transplante de embrión) era imposible criar y competir a la vez. Una vez aprobadas también irán adquiriendo atributos (star, keur, elite, preferent, prestatie o sport) en función de los resultados de sus hijos o de los suyos propios.
Con esto, queda básicamente explicado el sistema de selección de la raza KWPN y aunque en otros números hablaremos del esquema de selección de otras razas como las alemanas; puedo adelantaros que aunque se diferencien en sus fases, generalmente en todas se busca lo mismo.
Después de todo esto podemos darnos cuenta de que tenemos un largo camino que recorrer con nuestro P.R.E., pero quizás empezando a seleccionar poco a poco en esa línea, dentro de unos años, podremos disfrutar de un caballo deportivo que se mida en las pistas de competición con cualquiera de las otras razas.
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